“Primaris”: ¿Quién puede matar a un profesor?
Por Josep A. Muñoz | Teatro | 19.05.10
La nueva propuesta de la Compañía La Soga, cuarta de su trayectoria, no puede estar más a tono con la realidad social: Pocos días después del estreno, un instituto de Castalla (Alicante) tuvo que cerrar sus puertas por la conducta agresiva de un alumno hacia el profesorado y la dirección del centro.
No es tema para bromas. La relación entre padres e hijos, entre alumnos y profesores, precisa de un análisis profundo. Violencia, incomunicación, agentes externos… Todo conlleva a una desconexión de la que son partícipes las partes que intervienen en ella. Primaris, a su manera extrema, ayuda a reflexionar sobre los conflictos generacionales que conducen a esa crisis.
Sala de profesores de una escuela de primaria y secundaria. Cuatro miembros del profesorado esperan la llegada de los alumnos de una de las clases. También ha de regresar la directora, que ha permanecido de baja por depresión. Cuando llega, se encuentra en estado de shock y llena de magulladuras: una de las alumnas ha robado su coche y le ha atropellado. Sus compañeros no pueden creerlo. Uno de ellos avisa al padre de la chica sin advertirle de lo sucedido. Cuando hace acto de presencia, la directora rectifica la narración de los hechos para no involucrar a la alumna, pero los acontecimientos se precipitan. Toda la clase amenaza con matar al profesorado si intentan salir o avisar a la policía. El juego prosigue ante el asombro de los espectadores. Los adultos van desapareciendo de escena, convirtiéndose en víctimas de los menores, mientras se desvelan subtramas que provocarán una crisis no menos importante: relaciones sentimentales, “colegueo” entre el profesor de educación física y los escolares, ambiciosos deseos de una de las protagonistas por convertirse en directora…
Foto: Duna Fotografía - Companya La Soga
Primaris parte de un profundo trabajo de campo con profesionales de la enseñanza y de la creatividad resuelta por parte del equipo actoral y técnico. Todos volcaron sus experiencias para dar forma a un montaje sencillo pero efectivo, cuya trama se ve interrumpida con testimonios de los adultos, quienes narran sus propias vivencias (relaciones conflictivas con los padres, responsabilidades, dificultades del sistema educativo). Además de los puntos diferenciadores que conducen al problema, no se ha obviado el humor (negro, negrísimo), que remarcan los propios actores con sus interpretaciones. En este punto, se agradece la soltura del reparto, la identificación con su correspondiente personaje y el formato escogido. Desde la aparición de los actores minutos antes del inicio de la función representando físicamente algunos momentos de la obra, hasta los toques de efecto, a modo de cliffhanger, con efecto musical e imagen congelada propios de las teleseries. Precisamente resulta fundamental la imagen como elemento que acerca Primaris a uno de los factores que más ha influido en ese distanciamiento entre generaciones: el mundo audiovisual.
Recomendable para quienes busquen reflejos de la realidad en la que vivimos y encontrar, a través de ellos, respuestas a sus miedos sobre la juventud, Primaris quizás ofrezca más que muchos textos teóricos de referencia.
José A. Muñoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario